El panorama macroeconómico de la semana pasada mostró una desaceleración de la inflación, pero una demanda más débil. Las ventas minoristas de EE. UU. cayeron inesperadamente un 0,9 % en mayo —la mayor caída en cuatro meses— lo que sugiere que los consumidores están reduciendo su gasto debido a las altas tasas de interés y la presión persistente de los precios.
En 2022, el banco central de EE. UU. – la Reserva Federal – comenzó a aumentar rápidamente las tasas de interés para combatir la inflación. Las tasas pasaron de casi el 0% a más del 5% en poco más de un año.
La semana pasada, los inversionistas estuvieron navegando un delicado equilibrio entre el alivio y el riesgo. Por un lado, los datos de inflación de EE. UU. trajeron algunas buenas noticias: los precios están subiendo más lentamente de lo esperado, lo que le da a la Reserva Federal más razones para hacer una pausa en las subidas de tasas.
A medida que avanzamos en 2025, los inversores vuelven a plantearse una pregunta clásica: ¿deberían las carteras inclinarse hacia acciones de gran capitalización o dar más peso a las de pequeña capitalización?
Los inversores comenzaron la última semana de mayo con un optimismo cauteloso. La inflación parecía estar enfriándose, y los consumidores seguían gastando de forma constante, lo que dio al mercado un poco más de estabilidad.