El panorama macroeconómico de la semana pasada mostró una desaceleración de la inflación, pero una demanda más débil. Las ventas minoristas de EE. UU. cayeron inesperadamente un 0,9 % en mayo —la mayor caída en cuatro meses— lo que sugiere que los consumidores están reduciendo su gasto debido a las altas tasas de interés y la presión persistente de los precios.
La semana pasada, los inversionistas estuvieron navegando un delicado equilibrio entre el alivio y el riesgo. Por un lado, los datos de inflación de EE. UU. trajeron algunas buenas noticias: los precios están subiendo más lentamente de lo esperado, lo que le da a la Reserva Federal más razones para hacer una pausa en las subidas de tasas.
Los inversores comenzaron la última semana de mayo con un optimismo cauteloso. La inflación parecía estar enfriándose, y los consumidores seguían gastando de forma constante, lo que dio al mercado un poco más de estabilidad.
El mercado experimentó una caída durante la semana pasada debido a la preocupación de los inversores por nuevas tensiones comerciales, el aumento de los costos de endeudamiento y la creciente deuda del gobierno estadounidense.
Los mercados subieron la semana pasada debido al progreso en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China y a datos de inflación más suaves, lo que elevó el sentimiento de los inversores.
En Ginebra, los altos funcionarios de Estados Unidos y China acordaron suspender su disputa arancelaria durante 90 días.